miércoles, 30 de noviembre de 2011

María, Salud de los Enfermos.

María, Salud de los Enfermos.

María de Nazaret nos fue entregada por Jesús en el Calvario como nuestra Madre, como nuestra protectora, como nuestra intercesora, como nuestro amparo. De allí cuando alguno de sus hijos se encuentra enfermo de alma y cuerpo, ella acude presurosa  a su encuentro, tal como lo hizo el viernes Santo,  ya no a  postrarse a los pies de la cruz de nuestro Señor; sino, a postrarse ante el lecho del enfermo que en medio de su angustia y necesidad le clama por su salud.



María primero intercede por la sanación de su alma, infundiendo en el  corazón del enfermo el deseo de  reconciliarse con Dios a través del Sacerdote, recibiendo la milagrosa medicina contenida en el Cuerpo y la Sangre de su Hijo muy amado; para posteriormente interceder ante Jesús por la sanación corporal del mismo.
María es Salud de los enfermos, porque es Madre del Medico sin igual; el mismo que curo al paralitico, limpio a los leprosos, devolvió la escucha al sordo, resucito a Lázaro, sano de la fiebre a la suegra de Pedro, regreso del sueño eterno a la hija de Jairo y libero a los oprimidos por el diablo; ese es el hijo de María Santísima, el Mesías, el Dios con nosotros,  el ungido, El Salvador del Mundo.

María en medio de su pureza de alma y de cuerpo, es la Inmaculada Concepción, porque fue predestinada para dar al mundo la luz que vencería las tinieblas del pecado; por eso podemos acudir a ella con toda confianza en los momentos de tribulación y de enfermedad, seguros que como toda madre, vigilara de día y de noche por nuestro bienestar.

También, se hace propicio en este momento imitar a María en el servicio y la entrega a los más necesitados, tal como nos lo enseña ella cuando acudió en ayuda de Isabel, su prima, que en su ancianidad estaba en cinta.

La Santísima Virgen nos hace hoy el llamado a no desamparar a los enfermos, a ayudarles  en su sanación interior y exterior, María nos pide que hagamos vida las palabras de su Hijo “Estuve enfermo y me visitaste”, acompañar no solo al enfermo sino también a su familia, para que juntos acudan a los brazos de Nuestro Señor, de tal manera que la enfermedad sirva de medio de purificación y santificación para el paciente y sus familiares.

Así como existe una historia de la salvación plasmada en las sagradas escrituras, que tiene sus protagonistas, así, tenemos cada uno de nosotros una historia personal de salvación, cuyo camino y desenlace desconocemos.

Muchas veces es a través de una enfermedad que Jesús nos hace el llamado a la conversión, y allí, María, vuelve a ser protagonista de la llegada de esa salvación a nuestras vidas, porque la Salud de los enfermos ha de venir acompañada por la entrega y compromiso a Dios, sus mandamientos y sus sacramentos. Ese ha sido y será siempre el papel de Nuestra madre celestial en nosotros,  La Salvación y La Vida eterna.

Oh Santa María de Lourdes, Salud de los Enfermos y Madre de todos los Vivientes, ruega por nosotros !!!!!!!!

Olimpia Leal de Parra
16 de Enero de 2011
Preparación de las Fiestas en Honor a Nuestra Señora de Lourdes.

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